Realizamos una visita al restaurante Sa Pedrera d´es Pujol, un lugar exquisito en Menorca, donde lo
tradicional y lo vanguardista van unidos. Daniel Mora chef y propietario junto a Nuria Pendás, utilizan
sabores de siempre que consiguen transformar en platos y sabores de vanguardia.
Recorreremos cada sala de esta antigua casa menorquina reformada y situada en el campo, visitaremos su
bodega y nos colaremos en su cocina, bienvenidos a uno de los mejores restaurantes de las Islas Baleares:
Sa Pedrera d´es Pujol.
Nos recibe una fachada de lineas rectas y limpias, grandes cristaleras inundan sus paredes, la piedra, la
vegetación y el cristal son los totales protagonistas del exterior. Quedamos a las 7:30 de la tarde para
poder hacer las fotografías del local con varios tipos de luz, así nos podíamos hacer a la idea de cómo
cambian los ambientes dependiendo de la hora a la que se acuda.
Desde uno de los grandes ventanales, divisamos a Dani trabajando hacendoso en su tarea, ahora ya
en mayo abren todos los días (menos miércoles y domingos noche), la temporada comienza y los días
estarán llenos de visitantes con ganas de probar los nuevos platos que harán esta temporada.
En el exterior coexisten varias zonas a destacar muy agradables; justo en la entrada, en un gran porche
bajo vigas de madera, hay varias mesas muy cómodas, ideales para tomarte algo en verano de una manera
más casual y desenfadada.
La zona de la terraza, la preside un Drago centenario rodeado de vegetación y arquitectura característica
de Menorca, junto al gran árbol, un antiquísimo pozo incrustado en la pared, llena de encanto una zona
en la que de seguro, será una delicia disfrutar de una velada veraniega.
En Sa Pedrera d´es Pujol, los exteriores e interiores llegan a ser uno, la madera oscura, el cristal, el metal
y la piedra siguen siendo los principales elementos decorativos que nos acompañan en todo momento.
En este otro espacio de exterior, un gran cenador de madera enmarca una frase latina "Ego restaurabo vos";
al parecer esta frase es el final del lema del primer restaurante o casa de comida que se conoce en la
historia.
Fue el tabernero francés Boulanger que en la puerta de su local colgó esta leyenda: «Venite ad me vos qui
stomacho laboratis et ego restaurabo vos» este dicho viene a decir: «Venid a mí todos los de estómago
cansado y yo os lo restauraré» un dicho muy apropiado para un restaurante como Sa Pedrera,
yo misma doy fé de ello.
Accedemos al interior y nos inunda ese punto acogedor que dan los materiales naturales como el mimbre
y la madera. De la barra y la recepción pasamos a la primera sala y parte más antigua del restaurante.
Destacaría varias piezas antiguas como un precioso espejo en dorados que acompañan a mesas y sillas
de diseño moderno, muy acordes con el concepto global del restaurante, en la decoración también se
palpa esa relación entre lo autóctono y lo contemporáneo.
La luz llena esta sala, tan acogedora que da sensación de hogar, me ha encantado la pared repleta de
libros de cocina que hace de separador entre esta sala y la barra.
Una gran mesa velador se centra en la habitación haciendo un efecto rompedor, junto a las mesas de diseño
moderno, dispuestas alrededor de ella.
Mesas decoradas con esmero, aderezadas con ramos silvestres, tonos tostados, café y marrones chocolate
rodean ésta estancia, que entre la luz natural y las pinceladas antiguas y modernas, consigue una atmósfera
delicada y agradable.
Mónica, encargada de sala, fue nuestra guía en todo momento, nos ofreció visitar la bodega en la que se
apreciaba la distribución y separación de los vinos por regiones, en otra área estaban los vinos blancos,
normalmente mis preferidos, también había un lugar especial para los grandes caldos.
Nos llamó la atención la maravillosa lámpara antigua de latón y cristales azules, situada encima de una
mesa de piedra emplazada en un nivel más bajo, sin duda una bodega encantadora.
De la bodega nos vamos a otro pequeño espacio rodeado de cristaleras, en invierno es otra sala más donde
disfrutar de la comida; en verano cambia para transformarse en tienda de productos artesanales típicos de
la isla.
Se pueden adquirir delicatessen como mermeladas, queso, vino, miel etc, pronto sufrirá esa transformación.
El foco de atención decorativo es el plafón con útiles antiguos de cocina que mezclado con la modernidad de
las mesas y sillas, hacen de éste un rincón delicioso.
Nos colamos en la cocina, feudo de Daniel Mora, nos recibió amable y nos explicó en lo que estaba
trabajando en ese instante, en sus manos daba forma a una formatjada de carne que más tarde vimos,
era para nosotros.
Una cocina amplia y funcional donde el producto de la isla es el protagonista indiscutible, la transformación
de recetas antiguas y tradicionales caen en las manos de Dani asturiano y de madre menorquina; haciendo
una fusión también de su tierra natal, dando un resultado contemporáneo y atrayente.
Maravillosos los utensilios de cocina, que colgaban y que parecían adornar la cocina, en los fogones
apreciamos cómo se da buen uso de ellos. En útiles así la comida siempre sabe mejor; en todo momento
distinguimos esa unión perfecta de lo de siempre y lo actual, no solo en términos decorativos, también
culinarios, es de admirar que se quiera recuperar recetas, alimentos y costumbres gastronómicas antiguas,
esa búsqueda y rescate de las raíces es enriquecedora, y si encima pasa por el filtro del presente, el fruto
es una cocina muy apetecible.
Y llegamos a la sala más grande y espaciosa, en la que el interior se fusiona con el exterior, debido a que
todas las paredes son grandes cristaleras que dan a las terrazas exteriores; espectaculares vigas de madera
atraviesan la estancia, los tonos tabaco y chocolate siguen siendo las tonalidades predominantes en textiles
y mobiliario.
Los manteles blancos, una apuesta segura sobre estas tonalidades tan oscuras, dan el contrapunto elegante
a toda la sala, mesas de varios tamaños cuadradas y redondas, se disponen a lo largo y ancho del espacio.
La colocación y decoración de las mesas es exquisita, la cubertería y vajillas me encantaron, cada vez
que traían un plato era una verdadera sorpresa. La atmósfera que han conseguido en esta sala es perfecta,
refinada y distinguida, mezclada con la frescura y tranquilidad que aportan las terrazas exteriores.
Llama la atención el contraste que aporta la preciosa y antigua mesa de payés situada en una zona central
de la sala, lugar donde camareros y encargada van dejado los platos para ir distribuyendolos por las mesas.
Nos sentamos en una preciosa mesita para dos con vistas al espectacular Drago centenario, comenzamos
pidiendo un vino blanco, dejamos la elección a Mónica, adoramos el Verdejo de Rueda y su elección fue
totalmente acertada, nos trajo un Quintaluna de Ossian (2015) comenzamos con un pequeño apetitivo, una
mantequilla de limón y semillas de amapola, deliciosa. Seguidamente Mónica dispuso dos copas, era
chupito de caldereta de morena anisada, para acompañar a esta delicia, llegó un bocado exquisito de
musola (un tipo de tiburón) sobre cama de mahonesa casera, realizada con productos de Menorca.
Sobre una tabla de madera, llegaron los dos siguientes platos, un ravioli relleno de calabaza y requesón al
pesto con pipas de calabaza, que nos encantó!
También venía una crema suave de queso de Mahón al pesto rojo y galletitas saladas, igualmente muy rico.
El siguiente bocado fue uno de mis favoritos, y eso que no estaba segura de si me gustaría al explicárnoslo
Mónica, pero fue probarlo y encantarme! Era un Bloody Mary con gambas y helado de apio y lima,
presentado en una copa de Martini, la explosión de sabores de verdad que me pareció fascinante.
Seguimos con una empanadilla de raya con habitas y salsa menorquina, este fue otro bocado estupendo,
en una bonita taza con plato llegó un revuelto de huevo de oca con longaniza de Can Lao.
A continuación un rollito de carne y arroz con salsa de yogur típico de la cocina rumana llamado sarmale y
por último una formatjada de carne y foie sobre salsa de trufas.
Los postres fueron una verdadera delicia, el primero me pareció una maravilla; helado de pomada con
base de melón, trocitos de coco y peta Z, además de digestivo y ligero, estaba realmente bueno.
Y finalizamos con una tarta de manzana para compartir, acompañada de helado de vainilla, otro bocado
excelente.
Algunos platos
Si vienes a Menorca no dudes en visitar Sa Pedrera d´es Pujol, situado en Torret (San Luis) disfrutarás de una comida excelente y muy cuidada, mezcla de la comida tradicional isleña y la vanguardia que aporta Dani.
El trato es estupendo, lleno de simpatía y familiaridad.
El ambiente decorativo como hemos visto, no puede ser mejor, una casa de campo reformada, con aires
antiguos y contemporáneos, se unen creando una fusión perfecta.
Detalles que me encantaron, fueron los grabados sobre cocina de la enciclopedia de Diderot que adornaban
algunas paredes.
Dani, Sira y Mónica
Solo me queda agradecer vuestra simpatía y atención, mención especial a Mónica, Sira y Kim,
una lástima que Nuria no pudiera estar con nosotros, otra vez será, ya que sin duda volveremos!
Os dejo su página web donde podréis haceros una idea de precios y menús, además de otros
servicios como catering y bodas o la última idea que está teniendo bastante tirón: los bonos
regalo.
Regalaté un capricho y ve a visitar Sa Pedrera d´es Pujol, seguro que repites.
Que maravilla de sitio. Yo me voy para allá que tiene que estar todo riquísimo!!!!!!. En un entorno así, todo tiene que saber aún más rico, si cabe.
ResponderEliminarMuchos besos.
María
Pues claro que si! Disfrutarías muchísimo, hay cada bocado...
EliminarY es cierto en un enclave así de bonito, todo sabe mejor!
Muchos besos1
Gracias por darnos a conocer este lugar con tanto encanto. Estoy deseando encontrar el momento para poder ir. Seguro que no defraudará.
ResponderEliminarYa me contarás, seguro que repetís, es un lugar que invita a volver!
EliminarMuchos besos!
Qué buen lugar Nika! Amé el mueble con espejo oval, los utensilios antiguos y el detallazo de los libros de cocina, qué original!! Lindo post! Besos!
ResponderEliminarSi la decoración es muy hogareña, tiene zonas realmente bonitas que te hacen sentir como en casa, una delicia de restaurante, la verdad!
EliminarMuchos besos Eli!
Un sitio espectacular en un entorno maravilloso e idílico.
ResponderEliminarGracias por compartir estos post, que aunque nos ponen los dientes largos, nos dan ideas por si algún día vamos para alla.
Besitos