Nos vamos enfrentar a un "antes y después" espectacular, a la restauración de una pieza muy especial, a  simple vista puede parecer un espectacular y antiguo trono (con mucha  falta de restauración, pero se atisban las posibilidades de su belleza)  las comillas que ponía en el título son muy oportunas, ya que si  levantamos el asiento nos encontramos con que es un toilette o excusado  antiguo.
Un mueble original, que sin duda tiene un punto divertido, ha llegado  a nosotros en un estado bastante maltrecho, pero, todo tiene arreglo,  eso sì, va a necesitar mucho trabajo pero con ganas, veréis que el  resultado de esta restauración va a ser digno de un rey!
Nuestra manera de restaurar suele ser siempre muy respetuosa, amamos  los muebles antiguos e intentamos por todos los medios respetar su  esencia, cuando te enfrentas a un pequeño reto como éste, necesitas tu  tiempo para hacerlo bien, las prisas nunca son buenas consejeras, como  va  llevar bastantes horas, es mejor repartir el trabajo.
Para restaurar una pieza antigua como ésta necesitaremos:
- – Amoniaco
- – Diferentes tipos de estropajo
- – Lijas de varios grosores
- – Pistola de calor
- – Formones de diferentes anchuras
- – Lana de acero
- – Brochas
- – Goma laca en escamas y alcohol
- – Cera
Restauración de un antiguo trono antiguo
Este trono tenía capas de pintura y barniz de años y años, además de  goterones, suciedad… De manera que lo primero que debemos hacer es  limpiarlo a conciencia, con amoniaco, pensábamos que el barniz  superficial se iría, aunque solo fuera una pequeña capa, pero no, lo que  le habían aplicado a este trono era bastante persistente.
De modo que pensamos en otra alternativa…
La pistola de calor junto con un formón, es la opción perfecta para  quitar las capas de barniz y pintura, es una labor mucho más trabojosa, y  debemos ir con cuidado si no se tiene experiencia con esta herramienta,  ya que se puede quemar la madera si se acerca mucho dicha pistola, o  rallarla si se aprieta mucho con el formón, de modo que con tacto y  sensibilidad, poco a poco vamos quitando todas esas capas que afeaban  nuestro trono-toilette.
Después de haber quitado todas las capas de pinturas y barnices  acumulados, nos llevamos una grata sorpresa, descubrimos una madera  fantástica, una caoba rubia con una veta estupenda, cada vez vemos más  bonito nuestro trono y eso que aún queda mucho por hacer.
Seguidamente debemos centrarnos en los adornos tallados, aplicaremos  un buen chorro de amoniaco y dejamos unos segundos que actúe con  estropajo de acero, sin apretar demasiado, nos centramos en cada  recoveco, con la parte suave de otro estropajo quitamos y aclaramos los  restos que han salido de lo rascado, se ha eliminado bastante pero aún  tenemos trabajo con estos adornos.
Con lana de acero tenemos que repasar cada hueco concienzudamente  evitando que quede algún resto de antiguos barnices, en zonas en las que  nos sea difícil acceder con la lana de acero, usaremos un formón.
Seguidamente lijaremos con una lija fina por entre los huecos de la madera, para que quede un acabado suave y sin restos.
El paso siguiente es fácil y rápido de decir, pero se tarda bastante  más en hacer; es tiempo de lijar, se comienza siempre con un grano más  grueso para luego acabar en uno fino. Como el trono no tenía un tacto  áspero, hemos lijado toda la superficie con una lija fina, con ello  queda una superficie casi pulida, no se nos puede olvidar ningún rincón,  ya que cuando demos el acabado se notaría tanto visualmente, como al  tacto.
Cuando acabemos de lijar debemos eliminar todo el polvo que deja el  lijado, esto es importantísimo, la madera ha de estar completamente  limpia, para los recovecos nos podemos ayudar de una brocha limpia.
Cuando restauramos siempre nos encontramos con piezas flojas o  desencoladas, primero reforzamos con puntas y cola de carpintero algunas  molduras que estaban bastante sueltas. Uno de los adornos también  necesitaba un repaso, un poco de cola blanca y  ya está listo.
Ahora solo nos queda poner a nuestro trono bonito, y eso lo vamos a  conseguir con goma laca en escamas, es una sustancia natural con  múltiples propiedades: sella, hidrata, aísla, es fungicida, no es  toxico…como veis es un producto estupendo, lo mejor es que la madera se  nutre al aplicarlo, a diferencia de los barnices que se quedan en la  superficie.
En el mercado existen varios tipos de goma laca todo depende del  acabado que deseemos, nosotros preferimos la de color naranja, para  prepararla necesitamos un bote donde hacemos una mezcla de 1litro de  alcohol  por 200 gr de escamas, esta solución se agita para que se  mezcle bien y se deja de 2 a tres días hasta que veamos que esta  líquida, el bote donde hagamos la goma laca, ha de ser completamente  estanco. Si te quieres evitar este paso, la goma laca también se vende  ya preparada.
La goma laca naranja da un precioso tono caramelo a la madera además  de protegerla de la humedad y el calor también es de secado muy rápido y  su protección es de larga duración, a pesar de existir muchos barnices  en el mercado, nosotros seguimos apostando por lo natural y os aseguro  que este producto es una maravilla.
A nuestro trono le vamos a dar varias manos, finalmente pasaremos una  lija ultra suave y muy superficialmente, ya que si nos pasamos se  pueden notar las señales.
Después del lijado debemos hacer una buena limpieza, para no dejar  rastros de polvo, ya que ahora tenemos que dar la cera con una brocha,  esperamos unos minutos y con un paño quitamos el sobrante, seguidamente  sacamos la cera y… Ya empezamos a ver la magia, como sale el brillo y la  vida de una madera esplendida, es increíble al tacto, que suavidad,  ahora la caoba rubia que había bajo todas esas capas de barnices y  pinturas ha vuelto con un vigor esplendido.
Después de unas cuantas horas de trabajo hemos conseguido que una  pieza preciosa vuelva a ser ella misma, nunca nos deja de sorprender lo  agradecida que es la madera, un trono antiguo que puede parecer algo  serio y clásico, pero si lo ubicamos junto a elementos coloristas y con poco  peso, además de lucir y llevarse todo el protagonismo, le quita toda esa  seriedad; plantas, cristal o una obra de arte vibrante, ayudan a dar una  nueva vida a esta pieza tan especial. Lo genial es la sorpresa que  guarda bajo la tapa, da un toque muy simpático, algo que en apariencia  es muy sobrio y formal, el toilette lo humaniza totalmente, sin duda un  mueble magnífico que merecía ser restaurado.
 
 
 
Qué currazo! ¡Os ha quedado precioso! La madera es espectacular.
ResponderEliminarHola Verónica!!!
ResponderEliminarEnhorabuena por ese trabajo tan minucioso !!! Espectacular
Muchos besos
Tienes que estar muy sadisfecha del resultado final que has conseguido ,le has hechado muchas horas pero a merecido la pena .Enohorabuena !!!!
ResponderEliminar