El día que pasamos en Madrid, Lorena hizo de Cicerone, y
nos llevó a un lugar que sabía, nos iba a encantar, el museo del
Romanticismo. El edificio que lo aloja data de 1776, de Comisaría
Regia de Turismo pasó a ser en 1924 Museo romántico, fue el
Marqués de la Vega-Inclán el creador de esta casa-museo, donando
un conjunto amplio de cuadros y mobiliario de la época.
El museo se ha ido enriqueciendo desde el principio de su
inauguración, con donaciones de objetos de la propiedad de
grandes literatos tan insignes como Mariano José de Larra, José
de Zorrilla o Juan Ramón Jiménez. La riqueza y variedad tanto
pictórica como de mobiliario queda patente en cada paso,
comencemos con la visita...!
grandes literatos tan insignes como Mariano José de Larra, José
de Zorrilla o Juan Ramón Jiménez. La riqueza y variedad tanto
pictórica como de mobiliario queda patente en cada paso,
comencemos con la visita...!
El estilo del mobiliario de las salas engloba el reinado de Fernando
VII (adaptación española del estilo imperio francés) hasta el de
Isabel II, pero la mayoría es isabelino, la casa-museo nos recibe
con una bellísima sala de baile, repleta de cuadros maravillosos,
con un sofá circular con capitoné, rodeado de
instrumentos de la época.
VII (adaptación española del estilo imperio francés) hasta el de
Isabel II, pero la mayoría es isabelino, la casa-museo nos recibe
con una bellísima sala de baile, repleta de cuadros maravillosos,
con un sofá circular con capitoné, rodeado de
instrumentos de la época.
Cada vez que entras en una sala descubres la manera de vivir
de la aristocracia de este periodo, es fabuloso como se recrea
el costumbrismo y el arte del S. XIX.
Aquí podemos ver unos útiles de aseo divinos, un juego de
aguamanil, cepillo de dientes, polvera, perfumador y dos
vasos, pero lo mejor esta por llegar...
Una de las piezas que mas nos llamó la atención, fue este retrete
de caoba, palma de caoba, bronce y terciopelo, realizado hacia
1820 para el Gabinete de Descanso de Sus Majestades.
No puede ser mas magnifico, además de
tremendamente decorativo!
Pero mi pieza preferida ha sido este candelabro con litofanía* de
la Plauesche Porzellan-Manufaktur, con un retrato de Ofelia, se
realizaban en porcelana o biscuit. (pido disculpas por las fotos)
(*Litofanía es la proyección de una luz sobre una lámina
semitransparente en la que se ha cincelado un volumen.
Cuando se enciende la vela, la luz hace que la imagen
se vea con claro-oscuros)
Otra sala que nos fascinó fue la dedicada a los juegos de niños,
la colección pictórica en esta estancia estaba llena de retratos
de niños e infantes, eran fantásticos, cuando te acercabas a las
vitrinas, podías disfrutar de una preciosa colección de biscuits
y juguetes antiguos dignos de admirar.
La recreación de las habitaciones de un convento de monjas
Concepcionistas, dividida en 4, no podía ser mas delicado,
representan un cuarto de costura y plancha, un comedor, un
amasador y un cuarto de lectura y canto con altar. La finura y
la calidad de su construcción hacían que fuera un
objeto decorativo, mas que un juguete.
Me encantó este juego de mesa, según la información de la ficha,
no se conservan las instrucciones pero al parecer, se han de hacer
parejas con aquellas imágenes que reproducen motivos similares,
así que este juego es como un antiguo memory!!
En un lateral de la estancia, se situaba una jaula dorada colgada,
lo curioso e inquietante de esta pieza, es que en el interior hay
un pájaro cantor disecado de plumaje color verde. En la base, esta
la llave que al activarla simula el canto del pájaro. En el catalogo
no aparece autor ni fecha del artefacto, aunque sus
particularidades la enlazan con la edad
de oro de los autómatas (1830-1914).
Solo he mostrado una pequeña parte del museo, la verdad es que
merece la pena la visita, ya que cada rincón esta lleno de detalles
preciosos, la recreación de cada ambiente esta muy lograda.
Si sois amantes de la decoración isabelina
y fernandina disfrutaréis!
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